viernes, 19 de septiembre de 2008

Aragón estudia habilitar ayudas a los viticultores que mantengan la variedad garnacha.

Esta antigua variedad está considerada como un verdadero patrimonio de la viticultura aragonesa y, a día de hoy, mantiene una baja producción por hectárea a pesar de que permite obtener unos caldos de alta calidad.

Con el fin de conservar la producción y evitar el arranque de estas viñas antiguas propuesto por la Unión Europea en su reforma del sector, el Gobierno de Aragón incentivará a los viticultores.
Así lo ha anunciado esta mañana el consejero de Agricultura y Alimentación, Gonzalo Arguilé, durante la XIX Fiesta de la Vendimia de la DO Campo de Borja celebrada en Ainzón.
En Campo de Borja, el 70 por ciento de la superficie vitícola pertenece a la variedad garnacha, y de las 5.000 hectáreas de esta variedad, unas 2.000 tienen viñas con una antigüedad de entre 30 y 50 años.

Arguilé también ha hecho mención de las iniciativas que desde el Consejo Regulador se están llevando a cabo para impulsar la DO, como por ejemplo la Ruta de la Garnacha con la que se pretende unir vino y turismo, o el Museo del Vino, en el Monasterio de Veruela.
Tampoco ha pasado por alto la modernización. En la última década, la denominación ha modernizado 2.800 hectáreas, en las que ha invertido 24 millones de euros. Las bodegas no se han quedado atrás y, con una ayuda de poco más de 6 millones de euros, han invertido más de 26 en la modernización de sus instalaciones.

El consejero ha destacado la fortaleza de la DO Campo de Borja, que en los últimos seis años ha duplicado el número de botellas producidas con marchamo de calidad, así como la comercialización, hasta alcanzar en 2007 cerca de 31 millones de euros.
Campo de Borja prevé recoger este año una cuarta parte menos de uva que el año pasado y quedarse en torno a los 30 millones de kilos.

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